Abro entrada inesperada hoy únicamente para recoger un vídeo bastante impactante que no sé si todos habréis visto ya, en el que Maria José Galera les cuenta a los profesionales de Sálvame Deluxe (después de haber sido hipnotizada por un profesional que estaba allí en el plató) que el equipo de profesionales de Gran Hermano 1 hizo tongo en la primera expulsión del programa.
Al parecer, la más votada por los televidentes en la primera semana del concurso fue Ania Iglesias, y no ella, pero desde Zepellin decidieron que era mejor trucar los votos y sacar a la Galera de la casa para que el equipo de psicólogos pudiera prepararla para la que se le venía encima con la publicación de su oscuro pasado en la Interviú.
Lo más fuerte de todo es que ninguno de los profesionales de Sálvame parece ni un poquito sorprendido, y la siguen entrevistando como si tal cosa. Además, en ningún apartado de la web de Telecinco se recoge tal bombazo.
La verdad es que el temita da que pensar. Si en la primera edición del concurso no les tembló el pulso para manipular los votos, ninguneando de forma indignante la opinión y el dinero de los televidentes, ¿cuantas otras veces habrá pasado algo similar sin que jamás se pueda llegar a demostrar?
Y, sobretodo, ¿cómo habría cambiado la historia de Gran Hermano, en caso de que no hubiera habido tongo? Probablemente Jorge Berrocal no habría tirado la toalla, y nunca se hubiera creado aquel himno maravilloso de la pierna encima. Tampoco Silvia e Israel habrían tenido que enfrentarse a toda la casa para defender a la Iglesias, evitando así ser nominados en masa por todos sus compañeros.
Quizá Israel se habría alzado con el premio final, en cuyo caso jamás habría participado después en Hotel Glam. No sé si os dais cuenta de las repercusiones de este notición.
Desde este blog exigimos una televisión libre, transparente y justa. Y por supuesto, que se devuelva el dinero de todos los que votaron en su día para expulsar a cualquiera que no fuera Maria José.
Seguramente si esta especie de mezcla de Guti con Juan Miguel no fuera el ganador más emblemático del Big Brother español estaríamos hoy hablando de otro tipo de formato.
