sábado, 23 de abril de 2011

Marta: "¿Qué estoy haciendo tan mal?"

Como prometido, vuelvo hoy con vosotros para tratar de buscar juntos una respuesta a esta interesante pregunta que se hacía Marta el jueves por la noche después de la gala.
La pareja que forman ella y Coyote contó con el apoyo de la audiencia la primera semana de concurso, pero desde entonces no se han vuelto a librar de estar en la cuerda floja ni una sola vez.
Ellos han terminado por integrar la visita semanal a la sala de expulsión como una rutina más dentro de su estancia en la casa, y cada vez se les nota más tranquilos cuando están pendientes de escuchar el veredicto de sus compañeros de la boca de Jordi. Da la sensación de que siempre están seguros de no ir a ser ellos los expulsados.

Y es que ambos han sabido crear lazos muy sólidos con la grandísima mayoría de sus compañeros, y hoy por hoy son seguramente la pareja más querida ahí dentro. Juntos, han adoptado a conciencia el papel de padres de la casa (pese a no ser los más mayores), y han conseguido así convertirse en imprescindibles a ojos de los demás. Creo que no me equivoco si digo que son ellos los "intocables" por excelencia para las otras cuatro parejas.
Debido a esto, los VIP tienen ya garantizado su paso a esta anticipada final, lo queramos nosotros o no. Esto significa que han sabido jugar muy bien sus cartas, y en mi opinión sólo por eso son más que dignos finalistas de este Reencuentro.

Dicho esto, conviene recordar que el propósito del escrito de hoy no era tanto "juzgar" si la López es merecedora o no de llegar hasta donde lo ha hecho, sino tratar de entender porqué lleva semanas sin contar con el apoyo del público. Vayamos a ello pues.

Bajo mi punto de vista, el principal problema de Martita es que se la ve venir a kilómetros. Tantas horas de su vida dedicadas a participar en casi todos los programas de la cadena alegre (en donde, recordemos, jamás ha trabajado nadie calificable de gentuza) han hecho que mucha gente tenga la sensación de conocerla de toda la vida, como a una colega más. Y es normal. ¡Pero si la vieron hasta romper aguas en pleno programa de AR!
Así, lo que ella creía que iba a ser su mejor baza se convirtió rápidamente en un arma de doble filo. ¿Porqué? Pues porque casi todos tenemos tendencia a tolerar mucho mejor las cosas que no nos gustan de una persona concreta cuando la acabamos de conocer, y esos "defectos" que al principio nos resultan casi imperceptibles se vuelven cada vez menos soportables a medida que establecemos una relación más íntima.
Al menos en mi caso, creo que es ese el motivo por el que a día de hoy me cuesta horrores creerme casi nada que venga de la López. Porque sé que le encanta meter cizaña, que es capaz de atacar sin piedad a cualquiera que ose enfrentarse a ella, y que no se corta a la hora de dar datos sobre la vida personal de concursantes de GH cuando estos están encerrados en la casa y no tienen capacidad de defenderse.
Porque también sé que detesta perder, que le dolió profundamente que la Morreau le ganara la partida de Gran Hermano VIP y que desde entonces tiene la espinita clavada de conseguir ganar algún reality. Y porque todo esto lo sé porque se lo he oído decir a ella misma a lo largo de estos años.
Por eso, no me trago yo ni por un segundo el papel de chica conciliadora siempre dispuesta a resolver conflictos que ha venido a interpretar esta tipa al Reencuentro.
López, como los demás, conocía desde el principio la dinámica de este concurso, y ha sabido utilizarla para conseguir quedarse ahí dentro hasta el final. Ella sabía que si se convertía en "la mejor amiga" de todos y cada uno de sus compañeros no habría quién la sacara de allí; y por eso se ha empeñado tanto y tan bien en ese cometido.
Una jugada muy bien planteada para la que contaba además con una enorme ventaja frente a los demás: su puesto fijo de colaboradora en Telecinco, que ha hecho que muchos estuvieran dispuestos a obedecer sin rechistar a "mamá Marta"(como a ella le gusta denominarse) desde el primer día.
Pero yo, como ya he dicho, no me creo absolutamente nada, y estoy seguro de que vendería a todos sus "hijitos" adoptivos por cuatro perras. A los pocos días de arrancar el concurso, Marta aseguraba en el confesionario que para ella lo único verdaderamente importante era contar con el apoyo del público y que el resto de sus compañeros le daban igual. Sólo tres semanas tarde,  y también desde el confesionario, retaba a ese mismo público a "seguir votando para que me echen, porque mientras aquí dentro me quieran no lo vais a conseguir". ¿Qué había cambiado en tan poco tiempo? Pues que Martita había reformado su estrategia, simple y llanamente. Empezó apostando a grandes y después se cambio a chicas. 

Lili, actriz
Y la historia de su lío con Coyote es otra pieza más del juego sucio de la López; no me cabe ni la más mínima duda. Otra mentira más.
Es del todo inverosímil que alguien que no sea Lili se enamore de Coyote Dax, eso para empezar. Y en el poco probable caso de que Marta estuviera realmente sintiendo algo, aún menos creíble me resulta que ella (precisamente ella) no fuera capaz de controlarlo allí dentro para no dañar tanto a su marido y a su hijo "que se entera de todo", según sus propias palabras.
Cuando el runrún de este supuesto romance empezó a sonar por los resúmenes diarios, fui el primero en considerarlo una broma de muy mal gusto para aumentar un poquito el share. Pero la venda de los ojos se me quitó al ver como es la propia Marta la que alimenta el tema constantemente, comentándolo con casi todas las chicas de la casa y repitiéndolo en el confesionario hasta la saciedad.
Hace unos días, acudía a una sesión del tarot de Juan Miguel para saber si su marido estaba enfadado con ella por su actitud cariñosa con Coyote. Y lo hacía precisamente durante una conexión en Directo de la Siete. ¿Casualidad? No. Paripé puro y duro.

Y aún me atrevería a decir más. Creo que de esta farsa está perfectamente informado Jorge Cabeza, y puede que hasta la productora entera (aunque esto último sí que lo pongo en duda). Es muy posible que la única que no se haya enterado a estas alturas de que todo esto no es más que un intento desesperado de Marta por darle un poco de morbo a su presencia en la casa sea la pobre Lili, que de buena es tonta.
Bueno, Lili, y la mayoría de la audiencia claro, a la que la López ha conseguido metérsela doblada.
De hecho, estoy seguro de que muchos de vosotros no vais a estar de acuerdo con mi interpretación de esta historia. Y puede que tengáis razón. Pero qué es un blog sino un espacio donde compartir con el mundo tus paranoias...

Aparte de resultar más falsa que el flequillo del Dioni, Marta ha cometido otros fallos garrafales y mucho más graves en realidad.
Entró convencida de que los cien mil millones de amigos que tiene Kiko Hernández en el Facebook iban a votar en masa para salvarla, y se atrevió a repetir varias veces semejante estupidez durante los primeros días. Este es un error de primeriza, y el público reaccionó como cabía esperar: dejando inmediatamente de apoyarla sólo por eso. No hay nada que la audiencia odie más que que le digan lo que tiene que hacer. Que tenga que explicar yo esto a estas alturas...

Pero el peor de todos sus fallos fue sin duda alguna pedirle a Belén Rodríguez que le defendiera. La idea es de "bombero jubilao", que diría Iván Madrazo. No ya por lo poco simpática que nos resulta a la mayoría esta profesional, sino porque ver a una colaboradora del Debate defender a su amiga pone de los nervios a cualquiera, y resulta escandalosamente cutre. La agresividad y la poca vergüenza de la Choni Teorías han sido las verdaderas responsables del hundimiento de la López. Belén se ha convertido este año en la Gadafi del Debate, y cualquiera que se declare amigo suyo termina por provocar inevitablemente el mismo rechazo que ella.

Pero quizá no tenga sentido seguir enumerando "errores". Este escrito es en realidad una simpática forma de perder el tiempo. Porque en el fondo, el principal motivo por el que Marta López está siempre nominada es que no gusta, sin más. Por mucho que nadie se lo diga por la calle, la realidad es que la mayoría de la gente no soporta a esta tía desde la noche de los tiempos.
A mi desde luego es lo que me pasa con ella: me cae fatal, no la aguanto.